Continuando con nuestra reseña del estudio publicado en la revista Pediatrics de la Academia Estadounidense de Pediatría, se puede observar que pese a que las cifras totales del estudio muestran una extensión del sexting muy modesta entre los 10 y los 17 años, en la franja de los 15 a los 17 años la cifra es mucho mayor, pues es donde se concentran los casos y se acerca más a las de otros estudios.
Así, se observa que es a partir de los 13 años cuando se comienza a practicar o recibir este tipo de imágenes (de desnudos o casi desnudos) y de todos los casos detectados por el estudio tenían 15 el 17% del total de casos, aumentando hasta el 28% a los 16 y el 31% a los 17 años.
Los casos de sexting activo (generación y envío de su propia imagen o de otra/o menor) tuvieron de protagonistas a:
- Un 13% que tenían 15 años.
- 31% tenían 16.
- 41% tenían 17.
Y el sexting pasivo (recepción de este tipo de fotos o vídeos) fue recibido por:
- 19% que tenían 15 años.
- 27% que tenían 16.
- 28% que tenían 17.
Las chicas practican el sexting activo casi el doble que los chicos (61% frente a 39%) y también los superan en el pasivo (56% frente a 44%).
En cuanto a la vía de creación/envío/recepción destaca lógicamente el teléfono móvil (65% del sexting activo y 82% del pasivo), pero es destacable que se usan otros medios como las redes sociales (5% activo y 8% pasivo) y la mensajería instantánea (10% activo y 6% pasivo). Existe también un notable 21% que usan cámaras digitales para la producción de sus imágenes de sexting.
Resulta preocupante que el 3% de las imágenes o vídeos de sexting generados lo fueran por personas que el o la menor conoció en Internet, presumiblemente grabándole/la a través de una webcam. El estudio también muestra que el 10% de las imágenes de sexting en las que aparecen los menores lo hacen masturbándose (13% en el caso del sexting pasivo o recibido).
También es alarmante que en el 31% de los casos en que los menores encuestados afirmaron aparecer en imágenes de sexting o haberlas grabado (sexting activo) concurrieran factores agravantes como el consumo de alcohol o drogas, la violencia, el engaño o la realización contra la voluntad, o sin el conocimiento de la persona retratada, el pago a cambio de la imagen.
Fuente: Pediatrics. The American Academy of Pediatrics.
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